¡Hoolahola, lectores! ¿Cómo están todos hoy? ¡Espero que muy bien! No sé bien qué día van a estar leyendo esto -la estoy escribiendo pero no tengo idea de para cuándo la voy a programar. Seguro que para cuando la lean ya van a haber pasado dos semanas desde que la escribí. Jua-, pero sepan que, para ese momento, yo todavía no voy a haber superado el libro
re que ni siquiera superé libros que leí hace tres años y, cada vez que me acuerde de él, voy a estar sonriendo y llorando como una tarada. (Update de cuando la programé: Un mes pasó, casi. Y, no, todavía no lo superé. Qué bien que me conozco.)Nada, eso, quería hacer una breve intro de lo que se van a encontrar en la reseña, así ya la leen preparados.
Sinopsis:
Noah y su hermana melliza Jude son inseparables. El solitario Noah dibuja sin parar, y se enamoró en secreto de su enigmático vecino. La atrevida Jude salta desde altísimos acantilados, lleva los labios rojos y tiene muchos amigos.
Pero, tres años más tarde, los hermanos ya no se hablan. Algo sucedió entre ellos. algo pasó y cada uno reaccionó de forma diferente... Hasta que Jude conoce a un chico lindo, frágil y arrogante... y a alguien más, una nueva fuerza en su vida todavía más impredecible. Estas dos personas están ligadas a su pasado de manera inevitable.
Los primeros años de esta historia los cuenta Noah; los últimos, Jude. Lo que ninguno comprende es que sólo conocen la mitad de la historia y que, si pudieran compartirla, tendrían una oportunidad real de
regalarse el mundo que perdieron. Y volver a empezar.
Opinión personal:
Te daría el mundo no fue lo que me esperaba; es más, fue muchísimo mejor.
Rompió mis expectativas, las hizo pedazos, las hizo ver como algo extremadamente mediocre y pobre. Se río de ellas en mi cara.
¡Puedo hacer mejor que eso!, me gritó.
Bueno, ya paro con la locura.
Como dice en la sinopsis, la historia nos presenta a un par de mellizos, Noah y Jude, que son otra prueba más de que los mellizos o gemelos nunca son iguales. Primero, tenemos a Noah:
tímido, no habla con nadie, y prefiere pasarse los fines de semana en su cuarto dibujando. ¡Es más! Está constantemente dibujando
en su mente. Cada momento que le parece que estaría bueno para retratar, ya sea bueno/malo/triste/vergonzoso/etcétera, de la nada es un cuadro en su cabeza. Él nos cuenta los primeros años de la historia, o sea, cuando los mellizos tenían entre trece y catorce años.
Su manera de ver el mundo me pareció completamente preciosa. Llegué a conectar con él y a entenderlo de una manera impresionante. Me sentía super impotente cada vez que algo le dolía, alguien lo molestaba o lo hacía sentir mal; me salió ese instinto maternal que a veces me sacan los libros, esa inmensa necesidad de protegerlo y ayudarlo como sea. Es por eso que, aunque no quisiera, tuve que odiar un poquito a Jude al principio. Que no se diera cuenta de algunas cosas y que, gracias a ello, tratara mal a Noah, me desesperaba; tenía ganas de ir y gritarle, de hacerla entender todo.
"-Tu hermana dice que eres una especie de genio. A lo mejor te dejo que me dibujes alguna vez.
Brian se cruza de brazos.
-Ah, no. Tú serías la afortunada si Noah te deja posar para él.
Crezco veinte mil metros."
Jude, por el contrario,
sale todo el tiempo, usa vestidos y polleras que su madre considera demasiado cortas y hace competencias con sus amigas a ver quién besa a más chicos en una noche. A veces, en los primeros años, pareciera como si quisiera ocultar que hay algunas cosas del arte que le fascinan. Ella nos cuenta lo que pasa tres años después, o sea, cuando ellos tienen dieciséis años. Al principio no, pero, más o menos a la mitad del libro, empecé a comprender un poco más a Jude. Entendí muchas de sus actitudes, empecé a verla de otra manera al tener su versión de la historia, y no pude detestarla más. No tuve con ella la misma conexión que con Noah, pero hubo muchísimas cosas, como
su fuerza, su valentía y su amor que hicieron que terminara apreciándola muchísimo.
Este libro es, más que nada, sobre la familia. Sobre su importancia, sobre cómo hay que cuidar y valorar a nuestros seres queridos, porque son lo que va a estar ahí cuando nadie más esté. Pero
no sólo de la familia de sangre, sino también sobre la que vamos construyendo nosotros a lo largo de nuestras vidas; la gente que vamos conociendo y, de un momento a otro, se vuelven como el tío/padre/hermano/primo/loquesea que nunca tuvimos.
"Conocer a tu alma gemela se parece a entrar en una casa que conoces bien; reconocerás los muebles, los cuadros de la pared, los libros de los estantes, el contenido de los cajones. Podrías encontrar el camino a ciegas, de ser necesario."
La pluma de Nelson me pareció fantástica. Es la primera vez que leo algo suyo, y espero que no sea la última, porque su forma de escribir me pareció tan fresca y natural;
tiene un poder especial para transmitir lo que sienten sus personajes, por qué lo sienten, por qué hacen lo que hacen. Te envuelve y logra meterte en la historia sin muchas complicaciones. Y todo, pero todo lo que sucede, cada personaje, cada detalle, está justificado. No hay nada que se le escape, ningún cabo por resolver, nada que haya sido tirado al azar; todo está conectado, pasado, presente, futuro.
El romance no es lo más importante de la historia ni de cerca, pero lo poco que se presenta es completamente adorable.
Lo que sucede con ambas relaciones me ha fascinado, y creo que estuvieron muy bien construidas. No se abusa de ellas, pero tampoco es que están puestas porque sí o para agregarle un toque romántico a la historia. Mejor no digo nada más sobre ellas porque me voy a morir de un ataque de amor y voy a terminar spoileandoles todo.
La historia que Jandy Nelson creó es mágica. Juro que no tengo palabras para describirla.
Es tan maravillosa en mil sentidos; la enseñanza que te deja, la marca, el sentimiento que tenés cuando terminás el libro... yo llegué a la última palabra y no podía dejar de sonreír, de llorar, de todo. Es una novela tierna, dulce, con su toque de desgracia y miseria. Es de esas novelas que, cuando las terminas tenés un millón de pensamientos dandote vueltas, estás feliz y triste y todo. Uno de los que más resaltó cuando yo terminé fue ese
"sí. Libros como este son unas de las tantas razones por las que leo".
"-Te quiero -le digo, aunque suena como Ey.
-Con locura - me responde, pero suena como Qué tal."
Mi puntuación, sin lugar a duda:
5/5 estrellas. y más. mucho más.
¿Y ustedes? ¿Lo leyeron? ¿Les gustó? ¿No? ¿Qué les pareció? ¡Quiero saber qué opinan!
¡Nos leemos!