A lo largo de mis dieciséis años y 217 días de vida, me
encontré muchas veces con gente lanzándome la misma pregunta: “¿por qué te
gusta tanto leer?” Lo gracioso es que nunca supe qué responder, y no sé si será
por falta de palabras o simplemente por falta de tiempo para argumentar
razonablemente de dónde, cómo y por qué surgió mi pasión por la literatura.
Supongo que cuando vivís toda tu vida rodeada de libros termina siendo así. Si
nacés en una casa donde hay más libros que espacio o donde un tomo de tu autor
favorito es el regalo para cualquier acontecimiento especial (¿cumpliste años?
Un libro. ¿Navidad? Otro. ¿Te sacaste un diez en esa materia que te cuesta
tanto? ¡Entonces son diez libros para vos!) no hay chances de que uno de ellos no
te acompañe a donde sea que vayas.
Supongo que todo empezó cuando me di cuenta de que mi vida
sola no me bastaba. Que ser una nena nacida en Córdoba pero porteña de alma por
el tiempo transcurrido en Buenos Aires no me llenaba del todo. Necesitaba algo
más. Inquieta desde siempre, quería conocer otros mundos, otra gente, aprender
cosas nuevas todos los días. Investigaba sobre lo que me rodeaba, sobre los
animales y las plantas que encontraba en mi casa o veía en la tele, pero no era
suficiente. Poco a poco descubrí que el mejor momento del día era ese ratito
antes de dormir, cuando mi mamá (Alicia en el país de las maravillas) o mi papá
(La vuelta al mundo en ochenta días) se aventuraban conmigo a mundos y
realidades muy distintas a las mías. Esas frases que flotaban entre nosotros me
llenaban más que cualquier otra cosa, quedaban dando vueltas en mi cabeza por
días enteros en los que soñaba con poder hacer todo lo que estos maravillosos
personajes hacían.
No me tomó mucho tiempo descubrir que yo también podía
inventar esas historias que me volvían loca. Primero oralmente, pero poco a
poco me animé a plasmarlas en hojas lisas y suaves, donde me convertía en
bruja, princesa, hada o superheroína. Era todo lo que soñaba y más. Me convertí
en la cuenta cuentos de mi familia por excelencia, inventando todo tipo de
historias mientras tomaba con mi mamá el tren que nos dejaba en casa. Si bien
los personajes no se llamaban “Floreana”, era claro que no eran nadie más que
yo camuflada. Sentía (y todavía a veces siento) la necesidad de transmitir todo
lo que me pasaba y todo lo que sentía mediante otros; estas historias se
volvieron la clave no sólo para entender al mundo, sino para entenderme a mí. A
veces leer lo que escribo es suficiente para darme cuenta de qué estoy sintiendo,
de qué me pasa, de ordenar mis pensamientos y ver a dónde va a llevarme todo
esto. La llave de mi cabeza estaba al alcance de una palabra, un pensamiento,
una idea llena de colores y ganas de volar.
“Pero ¿por qué querés ser escritora?” Qué sé yo. ¿Por qué
comés, por qué respirás, por qué dormís? Para vivir, para no enloquecer, para
no sufrir. Porque es lo que tengo que hacer. Porque un día, con no más ni menos
que siete años, decidí que las palabras eran lo que más felicidad podía traerme
en la vida. Que quería compartirlas con el mundo entero, llenarlos a todos de
historias que jamás pudiesen olvidar; que estas palabras que hoy me llenan
siguiesen creciendo conmigo todos los días, cambiando y moldeándose mientras yo
lo hacía, formando una escalera que me permitiese tocar el universo entero.
Todavía me acuerdo de esa vez que se me dio por leer la biografía de un autor
en la contratapa de un libro de Alfaguara, en el que decía que era “Licenciada
en Letras de la UBA”. No entendí un comino de lo que era eso, sólo que esa
persona era experta en letras, y que las letras son la llave a esas palabras
que tanto amo. Así que dije listo, quiero estudiar esto. No me importa nada.
Quiero leer y leer y leer y escribir y escribir y escribir hasta que no quede
nada dentro de mí que pueda sacar y entregarle a los demás.
Hola Flor! Que hermoso post y conforme a lo leí a tuve dos sensaciones una me encantó conocer este pedacito de vos. Y dos me sentí un poquito identificada. Yo también crecí en una casa llena de libros y esa sensasion maravillosa verlos tocarlos y no imaginarse una casa si ellos la conozco y la adoro. Yo también escribo un poco desde siempre y entiendo lo que decía historias y personajes te acompañan a cada momento. (Y a veces no te dejan dormir porque no se callan dialogan y discuten y te hacen morir de risa). Es hermoso lo que cobra es muy lindo que lo compartas ( yo no hablo mucho de eso porque me resulta muy personal). Perseguirlo, perfeccionado, que te acompañe toda la vida. Y Ojalá algún día puedas dedicarte a eso si lo solas que las letras sean tu vida. Te lo deseo de todo corazón!! ❤
ResponderEliminarBeso pequeña escritora
PD: Ay yo también no pude esperar para leer Crooked Kingdom ay cuando lo termines me cintas! Debo Fangirlear!
Qué preciosa entrada, Flor! Me siento bastante identificada con eso, la verdad. Crecí en un entorno cargado de libros, con padres que siempre me leyeron y contaron cuentos. Y en mi infancia el mejor regalo era siempre un libro. Pero bueno, esto no es sobre mí y seguro que te imaginás bien el resto :P
ResponderEliminarQuiero desearte muchos éxitos en la vida estudiando lo que querés y lo que te gusta, que todo te salga precioso. Y que si lo empezás y llegás a descubrir que no te gusta, que no sea un motivo de frustración sino de análisis y descubrimiento.
Un abrazo apretadísimo <3
Holaaaaa ♥
ResponderEliminarMe encantó leerte, Flore! Siento que te conozco un poquito más y es una sensación muy linda. Creo que todos los que amamos la lectura sentimos eso alguna vez, ese amor desaforado por las letras.
Hace tiempo que no me conectaba con ese pasado en el que necesitaba trasladar todo mi interior en el papel. Se me daba por la poesía y, como decís, me servía para entenderme a mí misma. Tu post me recordó esa parte que lamentablemente dejé atrás.
Te deseo una vida llena de letras, inspiración y éxito en lo que hagas. Beso ENORME.
Hola Flore!
ResponderEliminarComo Ani, siento que con este "divague" te conocemos un poquito más. Y me encantó leerlo.
También la gente es jodida y le gusta hacer preguntas molestas. No sé, a mí últimamente me jode que me pregunten cosas... me he vuelto medio mala onda.
A los que te preguntan por qué te gusta leer o escribir habría que revotarles con un "Por qué no?".
Hoy leí a la siesta el nuevo post de Paper fury, creo que era un tag de escritores y me encantó todo lo que ella dijo. Ahora que leo lo que vos decís también.
No sé, yo creo que algunas personas se encuentran en las letras, ya sean ajenas o propias. Te podes dar cuenta de lo que pensás o sentís sin darte cuenta mientras lees un libro lo más pancha o se te ocurre hacer catarsis en una hoja.
Y espero que las letras te sigan acompañando y formando parte de quien sos :)
Que andes bien.
Hola Flore!
ResponderEliminarMe encantó tu entrada. No sólo por sentirme identificada por esos sentimientos que tan bonitamente plasmaste en esta entrada, sino porque podemos saber algo más de vos. Y saber que el amor que tenés por los libros va mucho más allá de "vivir mil vidas", sino crearlas y sentir esa conexión especial con las palabras, es algo verdaderamente increíble.
Espero realmente que puedas seguir avanzando, estudiando, aprendiendo y creando en este mundo repleto de historias y nos compartas un poco de las tuyas.
Besos!
Hola!
ResponderEliminarPues espero que continúes haciendo lo que te gusta.
Una entrada preciosa, me ha encantado.
Besos!
Hola :)
ResponderEliminarMe ha encantado todo. Totalmente de acuerdo, hay ocasiones en que, si no escribo, exploto. No será el próximo novel ni nada, pero al menos me hace feliz y eso es lo que importa.
Besoss